Volcán

Ya estoy de vuelta. Han sido unos días muy intensos de no parar ni un segundo, quería exprimir el tiempo al máximo en mi isla. Hacía años que no iba en verano, siempre en invierno y visitas muy cortas. Creo que en este viaje me he reconciliado con mi isla, me explico, cada vez que iba la veía muy explotada por el sector turístico y pensaba que había perdido su encanto. Pero me equivocaba, aún siendo agosto he podido disfrutar de playas inmensas con dos o tres pelegatos,  de rincones muy escondidos y de otros no tan escondidos como las cañadas del Teide. Un lugar muy especial para cualquier tinerfeño que siempre está lleno de turistas pero tuve la suerte de gozar de este sitio cuando ya no había casi nadie, con una maravillosa puesta de sol, estaba tan a gusto que literalmente paseé descalza (un pequeño placer). El vestido que hoy os enseño es muy especial para mi porque lo hizo mi madre, a estas alturas las que me seguís de hace tiempo ya conocéis las maravillas que me ha hecho mi madre y que cuido como un tesoro para Aitana...Espero que disfrutéis  del post de hoy, yo mentalmente paseo descalza por el Teide mientras atardece...

¡Bienvenido septiembre!